Páginas

martes, 13 de septiembre de 2011

Gregory Euclide, trazando paisajes tridimensionales

La naturaleza siempre ha sido un tema recurrente para los artistas. Las connotaciones bucólicas y poéticas de los paisajes han servido a lo largo de la historia del arte como soporte para las aportaciones de diferentes corrientes artísticas.

Tras la introducción de la perspectiva y la profundidad de los cuadros en el Renacimiento y del estudio de la luz en los lienzos impresionistas, en 1905 aparece un cuadro de Cezanne que cambiará la historia del arte. Con la creación de 'La montaña Sainte-Victoire', el artista francés se convierte en el padre de todos los movimientos de vanguardia; el cubismo, la abstracción de la realidad y el expresionismo se funden en un paisaje que a su vez acerca la pintura a la escultura...Los movimientos post-vanguardistas también beben de esta convergencia de estilos y la figura de Gregory Euclide es la imagen perfecta del artista multidisciplinar.

Este pintor y escultor de 34 años consigue crear obras que tienen vida propia. Sus composiciones rompen la planitud de los cuadros para crear universos propios que se acercan al espectador y que se pueden sentir, tocar y oler.

Sin necesidad de programas de 3D y con objetos reciclados que van desde el papel hasta el plástico, este artista consigue crear paisajes oníricos por los que el espectador puede perderse y dejar a un lado el estrés que siempre trata de atrapar al sujeto en este mundo de prisas.